Es importante tener en cuenta que la diabetes requiere una atención y un control médicos serios, y que cualquier cambio en la dieta o el tratamiento debe coordinarse con el médico. He aquí algunas recomendaciones nutricionales generales para el control de la diabetes:
Consumo moderado de carbohidratos: Controle su consumo de carbohidratos y elija carbohidratos complejos como cereales integrales, verduras y frutas que elevan lentamente los niveles de azúcar en sangre.
Alimentos ricos en fibra: Consuma alimentos ricos en fibra para mejorar la absorción de carbohidratos y controlar los niveles de azúcar en sangre. Esto incluye verduras, frutas, frutos secos y cereales integrales.
Alimentos con bajo índice glucémico: Elija alimentos con un índice glucémico (IG) bajo, como brécol, espinacas, peras, manzanas y cereales integrales.
Control de las raciones: Vigile el tamaño de las raciones para evitar cambios bruscos en los niveles de azúcar en sangre.
Ingesta moderada de proteínas: Incluya fuentes magras de proteínas como la carne de pollo, el pescado, el marisco, el tofu y las legumbres.
Grasas saludables: Prefiera las grasas insaturadas, como el aceite de oliva, los frutos secos y los aguacates, y limite el consumo de grasas saturadas y trans.
Consumo moderado de sal: Limite el consumo de sal para ayudar a controlar la tensión arterial.
Comidas constantes: Reparta las comidas uniformemente a lo largo del día para evitar picos de azúcar.
Beber: Beba suficiente agua y evite las bebidas azucaradas.
Colabore con su médico y su dietista: Su médico y su dietista pueden ayudarle a elaborar un plan de comidas personalizado adaptado a sus necesidades y a su estado de salud.
Asegúrese de consultar a su médico antes de hacer cualquier cambio en su dieta, especialmente si padece diabetes u otras afecciones médicas.